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Cuéntame una historia...

Posted: martes, 7 de diciembre de 2010 by Alberto Parra in Etiquetas: , ,
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Es la primera dedicatoria que hago, para mi tío que en paz descanse, una personalidad única, con un corazón de oro y una mente excelsa.
Varias personas de mi familia estaban esperando que escribiera esto, pues aquí está. Los quiero mucho y espero les guste tanto como a mi.
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Y también he incluido a la izquierda una cajita para que apoyes mi página haciéndote fan. Un abrazo.

Pequeño muchachito, ¿Qué voy a ser cuando sea grande? Sueños chiquitos, aquellos de un ser tan brillante.
Travesuras en el lago, en pueblos de pescadores ¿Quién habría de pensar que contaría cuentos tan inspiradores?
Poco es lo que sé de un alma tan carismática, que con ojos cerrados y sonrisa emblemática sustituía realidad por sueño lejano, perdido en las selvas, el monte y el pantano.
Me hizo soñar con noches al descubierto, como único techo el cielo estrellado y nubes azotadas por el viento. Sus palabras parecían no terminar, sus historias nunca acabar, y aún mis oídos atentos allí aclamaban una historia más, otro relato interesante en vocabulario desbordante, sobre aventuras con animales salvajes, cuentos de campo y misterios de inesperados virajes.
¿Era Rómulo Gallegos, o Carlos el tío cuentacuentos? Aún es difícil distinguir entre dos genios, uno que ideaba para escribir, otro que recordaba para compartir.
¿Y cuánta no debió haber sido su influencia, dada la hermosura de su biblioteca extensa? Así como medallas de honor que brillan en la pared, así como trofeos de oro que alumbran grandes vitrinas, igual fueron sus libros el tesoro de su vida, capaces de hablar palabra y mover sentimiento, capaces de inmortalizar idea y compartir pensamiento.
Uno de sus ojos paulatinamente se hizo indiferente a la luz, pero el resplandor que su mirada reflejaba no habría de extinguirse, y ¿cómo? si no paraba de sonreírse y gustosamente aceptar un beso en la mejilla, y aún así en mi recuerdo, cual cedro eterno, su ojo bueno aún brilla.
Hermosa templanza, gran sabiduría. Cuanto por verte yo no daría.
Es cuestión de tiempo, pocos minutos a lo sumo, apenas veo las últimas horas de tu sueño. Y aunque se hace eterno, prefiero despiertes cuando todo sea bello, pudiendo entonces explicarte lo que es, fue y será, y ofreciéndote el reino en el que eternamente vivirás.
Duerme plácidamente, trae nuevas historias. De grandes hazañas juntos haremos memoria. Así compartiremos algo más grande que un cuento, pues allí vivir por siempre no será una crédula fantasía, más bien la muerte será no más que el recuerdo de lo que antes se vivía.
Cuéntame una historia, hazme un cuentacuentos, conviértete así en inspiración de mis talentos.

Copyright © Diciembre 2010 por Alberto Parra
Número de Registro: EK4E5-TYC21-LBNWX

Arte:

3 comentarios:

  1. Anónimo says:

    Si!!! el tio mas querendon,no te imaginas la tristeza que senti en el alma cuando Mariu me dijo lo de tio Carlos, supe en ese momento la falta que me haría, pero sé que su ausencia sera corta, gracias por escribirlo asi, me llena de esperanza...
    Jare

  1. Anónimo says:

    Jare si, una persona tan especial sin duda deja huella, pero esa huella debe mas bien impulsarnos a seguir sus pasos en la arena, para encontrarnos mas tarde y asi contar nuestras experiencias
    Alberto Parra

  1. Anónimo says:

    Este relato inspirado lo pinta tal cual es... esta muy lindo mi niño... Tio Carlos estaba viviendo una vida mas espiritual que material.. Fue lindo tenerlo a nuestro lado, ya que nos trasmitio muchas cosas buenas con sus largos e interesantes cuentos.
    Te felicito mi lindo escritor...
    Que Jehová te siga iluminando..
    Tu admiradora N° 1... Tu mamá

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